Nadie pudo prever que tras la primera vuelta, iban a quedar tantos heridos en el camino. El problema es el "tantos", porque heridos siempre quedan. Pero es que, para hacer tortillas hay que quebrar huevos. Y no han faltado los huevones que ahora quieren pasar la cuenta.
No es un secreto que la lucha pseudo fraticida entre el eje Ruiz-Becerra (léase Vega-Vega) está lejos de acabar. Así es. Porque, por más que las dirigencias de partidos intenten poner orden (y votos) en la única lista DCente que va quedando (la 3), parece que los dados están más que echados para que la traición sea completa.
La traición de Wendy.
Dos hitos:
Uno. Se ha sabido que el líder de la lista 2, el mismísimo Becerra ha estado en coqueteos (dicen que hasta toqueteos, pero no nos consta) con Shark, quien es y será su más acérrimo detractor. Inentendible ¿no?. Parece que no tanto. La derrota caló hondo en el corazón herido del muchacho, y más allá de las pomadas que le venda a su lista (por cierto, compuesta de gente bien intencionada), cual Cain o Brutus (no vamos a decir Judas, porque es muy rasca) está apunto de cruzar la delgada línea de la traición más barata, esa gratuita, sin más finalidad que ver correr la sangre de Ruiz, que lavará la propia ya derramada.
Dos. En las últimas horas trascendió que desde la mismísima rectoría de la universidad hay señales de complacencia con una eventual elección de la Lista 1. Podemos especular sobre las motivaciones que hay detrás de todo esto, pero el punto es que un prominente camarada (el innombrable de la voz aguda) soltó la pepa en medio de una reunión política. "¿Qué más queda por hacer frente a eso?, argumentó el camarada, lavándose de paso las manitos, encogiéndose de hombros, mirando al cielo y mascullando el gustito amielado de la venganza... de esa forma sellaba el destino de la lista 3, negando el apoyo solicitado.
Así las cosas, por la razón que sea: por pasar la cuenta, por darse el gusto, por hermanarnos en la derrota, la cuesta está más arriba que nunca para Ruiz y sus boys. Una vez más, sus hermanos lo han vendido al mejor postor. Y peor aún, en este caso, lo están regalando.