La página de sucesos

Y mientras caminaba te vi. Llevabas esa mirada de "nada me importa". Te enfadaste porque la mesa no estaba desocupada. Pero mientras tanto ocupaste mi puesto junto el teléfono de mentira. Esa noche debías llevar una flor en el pelo para poder identificarte. No lo hiciste, pero no fue necesario. La flor vino más tarde, aunque en manos del duro metal.

Siempre me sorprende saber que eres tú la voz que hablas desde tus breves 18. Es como para no creerlo, pero es verdad. Buenísimo, ¿cierto?.
En poco tiempo más nos volveremos a encontrar, ya no medio dormidos, camino a ninguna parte. El escenario será más grande, pero estoy seguro que te divisaré a lo lejos, igual que el otro par de veces anteriores. Me alegrará saber que estas ahí, una vez más, aunque tu no me veas. Nunca.
Más tarde, cuando mis dos piés ya no toquen el suelo, estaré pensando en que después de todo un ciclo volverás a saber de mi, esta vez con algo para ti. Algo que iré a buscar especialmente y que se que te gustará recibir. Porque de alguna manera, como ya te lo dije, ya has cambiado el mundo, mi mundo. No se si he hecho lo propio con el tuyo. Pero en eso estamos. Averiguando, descubriendo, escudriñando, día tras día.

Si lo prefieres, tira la cadena y esto se borrará en 5, 4, 3, 2, ....

Creo que algo va a pasar, sobre todo movidos por la envidia... claramente.