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lunes, 7 de diciembre de 2009

Mala educación, buena educación… poca educación





por Heather Summerhill



Puede que nuestros escasos logros en materia educativa tengan su génesis en algunas ideas tan equivocadas como ampliamente compartidas y difundidas, sobre todo en las últimas discusiones y lecturas que de pedagogía y educación se hacen en virtud de la contingencia de que son objeto. ¿Qué es pedagogía? Y ¿Qué es educación? Son interrogantes que humildemente intentare clarificar, mas en ningún caso resolver puesto que en rigor no es una sola cosa cada una.
Cada vez que escucho a algún político o ciudadano común hablar de pedagogía, me es inevitable sentir un leve calorcito en la garganta, una especie de nausea momentánea y es que la sociedad siente un impulso incontrolable siempre de dar su opinión sobre la mala calidad de la educación y de lo ineficaz de la pedagogía, como si se tratara del embarazo prematuro de la sobrina del tío rico, pero de medicina o derecho, o ingeniería o arquitectura nadie se atreve a arrojar la primera piedra, y es que en estas materias no se tiene la “autoridad”, bueno, de todas formas hace mucho tiempo ya perdí las esperanzas de escuchar al micrero hablar de derecho público o de reformas tributarias. Como sea tanta ignorancia sobre un tema tan delicado y complejo me tiene un poco histérica, y no es que crea que posea yo la verdad absoluta en algún ganglio especial de mi cuerpecito, pero tampoco puedo obviar, asique, a modo de tapabocas, aquí va…
Gente, la pedagogía no es una disciplina homogénea, no posee un solo significado sino muchos, y su estatuto epistemológico aun no esta claro, lo que se traduce en ambigüedad, oscuridad y vacios, muchos vacios.
No obstante lo anterior se reconoce su carácter disciplinario y como disciplina no puede (aunque en muchos lugares así es entendida) quedar reducida a la didáctica o “ciencia de la dirección del aprendizaje”. Este es un punto fundamental, ya que a diferencia de otras disciplinas la pedagogía ha quedado muchas veces reducida a un campo pragmático que la sesga indiscriminadamente lo que de alguna manera a su vez, justifica el afán de los educadores por centrar el objeto de estudio en la didáctica (Didáctica entendida como la praxis educativa y no como una sarta de juegos y estrategias para hacer una clase más entretenida, por favor no perder el norte!), a su epistemología, a su campo de acción, etc. Es usualmente abordada entonces como una disciplina tecnológica del ámbito educativo destinada en cierto modo a la práctica de las herramientas proporcionadas por la teoría científica. Solución?; una diferenciación de la disciplina como tal, independencia y autovalencia, y un espacio para la filosofía de la educación que justifique los procedimientos teóricos sobre los que descansa la pedagogía, esto la posicionaría entonces como una ciencia autónoma y autovalente por la consistencia que esta visión le otorgue. Es esta carencia la que explica las tremendas deficiencias en materia educativa: falta de investigación, espíritu critico y filosófico docente.
Entendemos a la pedagogía entonces como un saber sobre, desde y en la educación. Un saber que es además polisémico (existen distintas formas de verlo, de explicar la educación) controversial y paradigmático (meta discurso; lo que se dice de la educación a partir de la experiencia)
En el concepto de educación nos topamos con una especie de dicotomía ya que es posible diferenciar entre: educare; guiar, orientar, formar criar, alimentar, etc., es decir educar como una idea de instrucción y educcere; extraer, sacar de adentro hacia afuera, dar a luz, es decir educar como una idea de socializar, Kant se habría referido a esto como educación como condicionamiento y disciplina, y formación espiritual.
La educación se debate entre la socialización y la instrucción, surge la problemática también de la disciplina, y la forma de aterrizar esto a la actualidad es lo que debiesen responder las preguntas porque educar, y es posible educar?.
En relación a la primera se ha tendido a aplicar políticas económicas y contratistas en la educación a partir de la gestión de proyectos educativos y micro planificaciones que responden a una misión y una visión.
Y respecto de la segunda interrogante sobre si es posible educar no existe evidencia empírica que sustente la educabilidad.
Finalmente en la actualidad se reconocen problemáticas o temas educativos circunscritos a la realidad escolar actual que por lo limitada, poco inclusiva, prejuiciosa, discriminadora e impositiva han significado el fracaso de la pedagogía contemporánea.
Termino este artículo señalando la realidad en que vivimos que empuja a cambios masivos, mecánicos y prácticos, segregados a mecanismos político-económicos que por su carácter, desatan crisis, querámoslo o no, si en su momento el brote del terror que esta nueva conformación mundial provoco, tuvo lugar en la fábrica, hoy lo es en la escuela.
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El futuro se fue (?)

Notable. El caballero lo explica muy bien