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miércoles, 13 de julio de 2011

"Camila", por Rodrigo Guendelman


"¿Cómo seduce un tipo a una mujer así, preciosa, famosa, inteligente, preparada, tan joven, tan independiente, tan empoderada? Y nos empezamos a achicar".

Camila Vallejo es un tremendo desafío al machista que todos los hombres (y muchas mujeres) llevamos adentro. La vemos y nos mata su boca, sus ojos, su piel, ese piercing en su nariz. Nos gusta, nos acelera el deseo.

En buen chileno, Camila Vallejo tiene a medio Chile caliente. La otra mitad, es decir, quienes la escucharon en Tolerancia Cero hace algunas semanas, esos que son capaces de controlar la libido y poner atención a su inteligencia, preparación, carisma y control, esos ya pasaron a la etapa del amor.

Seamos honestos. Es mucho más sexy que Camila sea comunista a que sea UDI, si nos situamos en los extremos de la política.

También ayuda, a diferencia de varias conejitas políticas de la derecha, que Camila sea morena. Eso acorta el camino a poder ponerle más atención a lo que dice. Aunque cuesta. Porque es hermosa. Sumamente linda. Y eso es tema. En Chile, en América Latina y en el mundo. Porque las mujeres así de guapas son, en nuestro imaginario colectivo y primitivo, modelos, actrices, enfermeras, putas, bailarinas, artistas. Pero no políticas. Menos del PC. Y menos tan cojonudas, asertivas, frontales y así de preparadas.

Entonces, la primera vez que enfrentamos a Camila Vallejo, dejamos que se desahogue el instinto, ese mismo que quiere impresionarla para darle besitos, llevarla a la cama y contarle a los amigos acerca de tamaño trofeo. La vemos como carne, la olemos como presa, y más deseable se nos hace al saber que es fuerte, grande en sus ideas y combativa.

Bromeamos con palabras como “comunacha”, nos reímos del tuiteo que decía que en un país desarrollado, Camila ya habría recibido una oferta para posar en Playboy; empatizamos con el muchacho que le escribió una canción y la subió a Youtube. En el fondo, dejamos salir todo el masculinismo que provoca una hembra en edad fértil como ella.

Pero, más tarde, cuando la volvemos a escuchar, cuando vemos cómo se enfrenta de igual a igual con el chascón Villegas, entonces la imaginamos como diputada, senadora, ministra y hasta presidenta. Y ahí viene el otro proceso. Volvemos a constatar que las mujeres la llevan y Camila es el mejor ejemplo. Y eso asusta.

Empezamos a pensar que, en realidad, nos chuparíamos en dos segundos si la tuviéramos al frente. Porque, ¿cómo seduce un tipo a una mujer así, preciosa, famosa, inteligente, preparada, tan joven, tan independiente, tan empoderada? Y nos empezamos a achicar.

La admiramos más de lejos. La respetamos cada vez más. Y nos conformamos con botar el póster de Angelina Jolie y reemplazarlo por una foto ampliada de Camila. Lejos, la mujer más hot (por 300 razones, desde físicas hasta intelectuales, desde sociológicas hasta coyunturales) de Chile.

Rodrigo Guendelman, periodista, es conductor del programa "Divertimento" en Radio Zero. Colaborador, columnista y panelista en diversos medios escritos y audiovisuales.
Gentileza de www.eldinamo.cl
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El futuro se fue (?)

Notable. El caballero lo explica muy bien