Igor Galo
MADRID.- Con su look habitual de chaqueta y pelo desarreglado, delgado pero con buen aspecto y quizás también más optimista que nunca, Joaquín Sabina sigue siendo el mismo al que aman sus incondicionales. A doscientos metros de su casa, el artista promociona su último disco, "Vinagre y rosas", en un ático de la Casa Palacio Atocha.
-Hace un año en una entrevista decías que no tenías ninguna canción. ¿Qué pasó este año?
"Después de la gran gira con Serrat estaba agotado. Además pasaba, y paso, por un momento de razonable felicidad doméstica. No era un estado apropiado para el tipo de canciones que hago. Entonces me aproveché de un amigo mío que estaba en una crisis. Nos fuimos a Praga, y de esta forma salió el núcleo de las canciones que más me gustan".
-El disco se presenta en dos formatos, el convencional y una edición con libro con poemas y dibujos. ¿Hay que hacer de todo para vender?
"Son tácticas de las discográficas. Tiene poco que ver conmigo, pero como yo también escribo y dibujo, ha sido la oportunidad para mostrarlos".
-¿Qué es un "Tiramisú de limón", tu primer single?
"Es algo imposible, como también lo es 'Vinagre y Rosas', pero son las cosas que me gustan a mí, entre lo dulce y lo amargo".
-En "Viudita de Clicquot" haces un repaso a tu vida...
"Cuando cumplí cincuenta hice 'A mis cuarenta y diez' y por esto hice ésta como una prolongación de la anterior".
-¿Y la edad, te ha hecho dejar de lado las utopías y los sueños?
"Las utopías pertenecen al terreno de los sueños, y no me desprendo de ellos. Con los años lo que ocurre es que deja de darse golpes contra la pared".
-¿Cómo se lleva el envejecer en público, en el escenario?
"Estoy muy contento de estar. Llegué hasta los cincuenta y pocos con esta especie de juventud prolongada hasta el extremo. Y luego levanté el pie del acelerador porque no quería ser un cantante muerto, prefiero ser un cantante vivo. La vida ahora no es tan nocturna, ni tan intensa, ni tan alcohólica, ni tan adictiva, pero ahora disfruto de placeres como irse de gira durante un año y enfrentarse a muchos públicos, algunas fiestas después de los conciertos, y visitar amigos diseminados por todos los sitios".
-Contento en lo personal, pero preocupado en lo social. Tu canción "Crisis" habla de la situación económica y social.
"Es imposible que alguien en un proceso de escribir canciones las haga al margen de la crisis".
-"Vinagre y Rosas" sale con una canción extra, "Violetas para Violeta"...
"Era una canción muy antigua, que he cantado en muy pocas ocasiones, básicamente cuando voy a Chile. Poco antes de morir Mercedes Sosa me pidió una canción para grabarla con ella y había elegido ésta. Tras su muerte la he incluido en el disco como un modo de homenaje y un guiño a Chile".
-¿Cuándo vas a cantarla de nuevo en Chile?
"La gira comienza el 20 de noviembre. Al Cono Sur iremos en enero y febrero, creo que a Chile iremos en la primera tanda junto con Uruguay y Argentina".
-¿Visitarás La Mordida (el cantante es socio del restaurante) en tu próxima visita a Chile?
"Tengo mucha menos relación de lo que la gente cree con 'La Mordida'. Un amigo creó el primer restaurante 'La Mordida' en Madrid, y como la hizo en un lugar donde yo iba a tomar café y era mi amigo puse dinero en la sociedad fundadora, pero luego me he desvinculado. La verdad es que no sé, aunque me hizo mucha ilusión cuando me lo dijeron. Iré a tomarme una copa".
Fuente: el diario de agustin