
En algo más de 35 horas cruzaremos esa línea imaginaria que separa el año que se fue con el que llega. Nos preguntaremos por lo que ha quedado atrás. Nos predisponemos a iniciar el año de la mejor manera. Abrazamos a alguien del otro sexo, comemos lentejas por dictamen de mami, supersticiosa. Las damas se ponen "cuadros" amarillos. Maletas en mano, damos una vuelta a la manzana. O simplemente, miramos el mar, respiramos hondo y sentimos en el pecho un vacío breve o no tan breve. Otra vez la misma canción. Feliz año nuevo. Retumban los fuegos de artificio sobre nuestras cabezas, o lo hacen al menos en nuestra memoria de otros años nuevos. De esos en los que ingenuamente olvidamos todo por una noche, por unos minutos dentro de una noche, para creer que todo se renueva. Que todo cambia, que hay otra oportunidad para hacer las cosas de mejor manera. De eso se trata el juego. De la esperanza, de la ilusión de tener la oportunidad de tener una hoja en blanco para escribirla desde la primera línea hasta la última. No de ensuciarla, sino que de llenarla de una historia rescatable con letra de caligrafía.
Para este año 2010, la significación del peso del guarismo arrastrará tras de sí el esmero de una emoción super contenida. El año del Bicentenario. El año de los grandes cambios. El año del tigre en el horóscopo chino, tan valorado en esta lejana tierra de las tres letras iguales, CHIle. El año en que repasamos la historia como colectivo. Desde el inicio, no milenario, sino de apenas 200 años. Esa historia tan salpicada de lapsos inconclusos, historias incompletas. Alguien dijo que este es el país de las cosas a medias. Y que verdad más grande! Cuantas historias propias y ajenas incompletas. De amistad, de propósitos inconclusos, de amores intitulados, de tareas por hacer. De mañana mejor.
El 2010 no es el año que antecede al último antes del fin del mundo (2012, yeah right!), Es el año en que, como todos los años, queremos ser mejores, o al menos queremos vivir mejor. Más tranquilos, con menos sobresaltos. Con menos preocupaciones. Justo cuando hoy otra vez la guerra global te amenaza en lo más básico de tus derechos, y aprieta tu condición de ser humano en nombre del miedo a que un avión caiga entre Amsterdam y Atlanta. Es un triste testimonio a la condición humana, que otras cabezas querrán limitar a la condición de insectos.
Pero aún tenemos Patria ciudadanos. Porque qué más que eso somos, o tratamos de ser, sino ciudadanos. Hombres y mujeres, niños de ayer, que buscan su espacio, cada quien más especial que el otro, más único, más genuino, más inmensamente humano.
2010, estas a la vuelta de la esquina. De la mano de un gin tonic pasaré de ti, como quien salta de un casillero al otro jugando al luche, con el cuadro dibujado en el suelo porteño.
Ojos abiertos, sentidos alertas. Nuevos cambios se aproximan. El péndulo comienza el camino inverso. Pr3digo el retorno a los orígenes. El "modelo" no dio para más. Los esquivocados de ayer, gobiernan mañana. Palabras como crisis, revolución, calles, libertad, inundarán las portadas. Los buenos son los malos, y los malos son peores. Arremeten contra todo lo que había y si no lo hacen ellos lo hacemos nosotros.
La historia se vuelve a repetir, pero nunca más el segundo 00:00 de la media noche de mañana en la noche, volverá a ser el mismo de antes. Nunca más, más nunca.
Año nuevo, vida nueva.
Nos vemos, el próximo año. Si es que... buenísimo, pues.